sábado, 13 de marzo de 2010

* Con la Punta de mis Dedos

Las yemas de mis dedos la conocen bien.
Cada esquina, cada curva suntuosa,
cada pliegue discreto.
Ese pequeño escondrijo de piel y nervios,
simple semillita de naranja o aceituna,
que estremece y paraliza todo mi cuerpo.

Con ojos cerrados trazo
mi intrincada geografía;
Los bosques fértiles, las altas colinas,
lomas suntuosas y llanuras calurosas.
Con el mapa grabado en la punta de mis dedos
Disfruto de un paseo solitario y silencioso
hasta el clímax personal y relajado.

Hoy, agitados pensamientos han desviado el mapa.
Tu imagen tapiza mis retinas
y tu voz penetra en mis oídos.
Solo falta el aroma y el calor de tu piel,
para materializarte en mi cama.
Como si mi mente pudiera transportar
cada molécula tuya a través del viento,
y reconstruirte bajo mis sabanas.

Teniéndote aquí por un artificio de mi imaginación,
las manos no obedecen mis instintos
Sino tus antojos, deseos,
y los disfrutes que mi piel conoce.

Entonces tu boca me recorre sedienta de sudor,
tu piel se licua en mi piel
se cuela por mis poros.
Nuestras células se abrazan,
Y diez exploradores escalan las montañas de mis senos
se adentran en el desierto sin GPS
y se extravían en la selva bajo el vientre,
en la cueva donde nace el rio caudaloso
que inunda el mar.

Mi mano se convierte en la tuya,
mis dedos en tu pene y la sabana en tu piel.
El ritmo se acelera si imagino tu lengua
revoloteando entre mis piernas abiertas
sobre tus hombros, desnuda, temblorosa.

Dedo humedecido, ritmo palpitante,
deseo de incontrolable de ti…
tu ausencia y tu presencia
se amalgaman en una olla de presión
y explotan por la válvula del clítoris
estremeciendo mi cuerpo
sudado sobre la cama.

Como ráfaga de fuego se escapa el orgasmo,
recién hervido y cristalino.
Y es arrastrado por el viento cómplice
prófugo de mi cuerpo rendido
para hospedarse con los demás
en tus labios de beso constante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario